En la primera parte de esta historia explicamos que el trabajo en remoto ya existía antes de la pandemia, no se ha descubierto nada nuevo en este sentido. La novedad está en el perfil de las personas que ahora teletrabajan, ya que se han añadido los trabajadores por cuenta ajena, es aquí y en cómo está afectando a todos estos empleados de las empresas y a las corporaciones mismas, donde profundizaremos un poco en esta opción del trabajo en remoto.
Estos nuevos principiantes del teletrabajo, que ni se atrevían a soñar con este cambio en su modo de trabajar, se han encontrado de pronto con la flexibilidad y la comodidad. Muchos, la mayoría, están tan contentos que no quieren volver ni en sueños a la normalidad.
Ven todo ventajas:
No me he de desplazar así ahorro tiempo y dinero
Trabajo a las horas que quiero
No he de pensar la ropa que ponerme
No he de verle la cara a los jefes
No he de hablar con compañeros por obligación
Básicamente estas son las comodidades a las que se han abrazado bien fuerte.
Pero también se han encontrado con un aislamiento social y profesional, con una fatiga digital y en algunos casos con falta de motivación. Además, sumamos también otros handicaps que ya mencionamos en su día, como la mala adaptación de tu casa como espacio de trabajo (viviendas sin posibilidad de zona privada de trabajo, velocidad de internet y falta de servicio técnico, más gastos suministros, posibles ruidos de vecino y obras, etc.). Pero de momento estos inconvenientes parece que tienen menos peso en la balanza, veremos con el paso del tiempo…
Un estudio de Microsoft sobre el tema que nos atañe, afirma que el 50% de los empleados siente que tiene un exceso de trabajo y que el 39% se siente agotado digitalmente, pasa factura el tiempo dedicado a las reuniones por videoconferencia, o los chats de equipo dentro y fuera del horario laboral.
Todo parecen ventajas para las empresas, pero no se libran de su handicap aunque sea pequeño. Ahora más que nunca, como muestra el estudio, han de esforzarse para retener el talento. Dado que el vínculo de los empleados con la empresa y con los equipos de trabajo, ha casi desaparecido. Con esto y tanto cambio, el empleado está en un punto dónde le es fácil buscar nuevos proyectos o cambiar de trabajo.
Por todo esto llegamos a la misma conclusión; cuando se pierden conexiones es más difícil generar y desarrollar ideas, se necesita fomentar la colaboración, y está claro que esto el home office no te lo da. El coworking y la oficina flexible se creó con esa misión, un lugar donde relacionarse, innovar y motivarse, y sigue aquí para dar solución a estos problemas y ayudar a los profesionales y empresas de todo ámbito. Además, es lo ideal para complementar el modelo híbrido (home ofice /flex office) que ha venido para quedarse.
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